Adquirir una mayor dimensión para poder ser más competitivas y afrontar con éxito el proceso de sucesión para garantizar su continuidad son los dos principales retos a los que se enfrentan las empresas familiares de Castilla y León, que se caracterizan por tener un menor tamaño y una mayor antigüedad que las compañías no familiares de la Comunidad.
Estas son algunas de las conclusiones del informe “Caracterización y representatividad de la empresa familiar de Castilla y León”, el primer estudio de campo que se realiza en la Comunidad para conocer la situación real y necesidades de estas compañías, y que ha sido impulsado por Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL) con el patrocinio y colaboración de ARPA Abogados Consultores.
“Más del 90% de las empresas de Castilla y León son familiares, representan el 66% del PIB regional y generan el 73% del empleo del sector privado. Por ello es fundamental conocer bien sus características para adoptar las medidas necesarias que les permitan seguir siendo el motor de nuestra economía”, afirmó el presidente de EFCL, Pedro Palomo, durante la presentación del estudio, que tuvo lugar el 7 de noviembre en Valladolid.
Elaborado por Madison MK a través de entrevistas telefónicas a cerca medio millar de empresas familiares y no familiares de toda la región, el estudio refleja que más de la mitad de las empresas familiares de la Comunidad tienen menos de 10 asalariados mientras que entre las empresas no familiares, el tamaño más frecuente está entre 10 y 50 personas asalariadas. También es significativamente mayor el porcentaje de empresas no familiares de entre 50 y 250 asalariados, el 9% frente al 3,5% en las empresas familiares.
La facturación también es algo más baja en la empresa familiar que en las otras compañías, siendo menos habitual que pertenezcan a un grupo empresarial. De hecho, entre las empresas familiares de Castilla y León, lo más habitual es que la familia o familias propietarias tengan una participación del cien por cien de la empresa. Así sucede en el 83% de las empresas encuestadas.
Por otra parte, el informe indica que las empresas familiares tienen una mayor antigüedad que las no familiares, ya que 2 de cada 10 cuentan con más de un cuarto de siglo de actividad, frente al 12% de las de la otra tipología. La mayoría de estas empresas se encuentran en primera o segunda generación y únicamente el 13% declara estar en la tercera generación o siguientes.
Constata también que el 19% de las empresas familiares tiene previsto un proceso de tránsito generacional en los próximos 5 años, siendo mayor la proporción entre las empresas con mayor antigüedad.
A pesar de ello, la mayor parte de las empresas familiares no tiene ningún programa acordado para la sucesión en la empresa, ya que solo el 14% de los encuestados reconoce disponer de él.
Además, solo 1 de cada 10 empresas familiares de la Comunidad aprovecha las ventajas fiscales en materia de sucesiones que existen en España para este tipo de compañías, y el 82% afirma no haber recibido información ni formación específica en empresa familiar.
“Formación e información son dos de los ejes prioritarios en los que venimos trabajando desde EFCL para favorecer la continuidad la empresa familiar y deben ser también una prioridad en la actuación de las administraciones, a las que reiteramos nuestro ofrecimiento para seguir colaborando en favor de la empresa familiar y, con ello, en el desarrollo y crecimiento económico de nuestra Comunidad”, aseguro Pedro Palomo.
Así, y según indica el informe, garantizar la supervivencia y mantener el empleo son los dos factores más importantes para este tipo de compañías, junto a la responsabilidad con el personal y la sociedad en general y el mantenimiento del legado y los valores como empresa familiar.
Además, el hecho de ser una empresa familiar es considerado por el 70% de las compañías como un factor con efecto positivo para el gobierno y la gestión de la empresa.
El estudio también analiza la percepción de la situación económica actual y precisa que el 44% las empresas pronostican un crecimiento frágil de la economía sin generación de empleo, frente al 24% que vislumbra un crecimiento moderado y el 26% que vaticina un decrecimiento con destrucción de empleo.
Por su parte, las perspectivas de facturación para 2022 son iguales que las de 2021 para el 36% de las empresas, si bien entre las empresas familiares existe un mayor pesimismo, ya que solo el 28% de estas compañías considera que serán mejores o mucho mejores, frente al 36% de las no familiares.
En ambas tipologías de empresas, el coste de las materias primas es el factor al que se atribuye mayor impacto en sus resultados (51%), seguido por los costes energéticos y la reducción de mercado.
Respecto a las medidas tomadas por la empresa para afrontar la situación económica actual, destaca la reestructuración de los costes no laborales, tanto en las familiares (23%) como en las no familiares (25%). El segundo aspecto indicado en las empresas familiares es la reducción de inversiones planificadas (21%) y en las no familiares la paralización de nuevas contrataciones (19%).